Compartir
El informe global de Homicidios 2013 de la Organización de Naciones Unidas señaló a Latinoamérica como la región más violenta del mundo. Sin embargo, las muertes que se registran en los países que la conforman no dejan de estremecer a la población. El último caso en causar indignación colectiva fue el de Yuliana Samboní, una niña de 7 años, que fue raptada mientras jugaba cerca de su casa en el barrio Bosque Calderón, en la localidad de Chapinero, al norte de Bogotá (Colombia).
La corta vida de Yuliana Samboní
A las 19:30 de la tarde del 4 de diciembre, la niña fue encontrada muerta, con signos de tortura y violencia sexual. El director del Instituto de Medicina Legal colombiana, Carlos Valdés, indicó a la prensa que la causa de la muerte fue por » asfixia mecánica, por sofocación y estrangulamiento», además de que en el cuerpo de la menor había «evidencia que demuestra que fue objeto de abuso sexual».
El presunto autor del crimen sería un reconocido arquitecto de 38 años de edad que fue identificado como Rafael Uribe Noguera. Según medios locales, el hombre pertenece a una adinerada familia bogotana vinculada a la construcción.
« Lee también: El abuso sexual infantil es un mal más cercano de lo que crees »
Un juez dictaminó el 7 de diciembre que Uribe Noguera permanecerá en prisión durante el desarrollo de la investigación del caso. Según reportes, el acusado se declaró inocente y estuvo representado ante el juez por un abogado de la Defensoría del Pueblo.
El hombre enfrenta cuatro cargos: feminicidio agravado, secuestro simple, acceso carnal violento y tortura.
El diario El Tiempo reportó que fue trasladado esta mañana a la cárcel de La Picota, en el sur de Bogotá.
Cómo dio la policía con el sospechoso
Las descripciones de vecinos de Bosque Calderón y cámaras de seguridad de la zona permitieron encontrar la camioneta donde Yuliana Samboní había sido secuestrada. «La menor fue llevada a ese vehículo en contra de su voluntad, fue raptada en la vía pública y llevada posteriormente al inmueble donde la encontramos», informó Hoover Penilla, comandante de la Policía de Bogotá, en conferencia de prensa.
Las pistas llevaron a la policía hasta el apartamento propiedad de Uribe Noguera, pero el hombre no estaba ahí. El arquitecto, que carece de antecedentes penales, había sido trasladado a una clínica privada con síntomas consistentes con una sobredosis de drogas. Decenas de manifestantes se reunieron a las afueras y le gritaron cuando abandonó el centro médico el martes 6 de diciembre bajo una fuerte custodia policial.
Según el diario colombiano El Espectador, el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, informó que la escena del crimen fue «manipulada» y que «no va a permitir que se obstruya la justicia». Debido a ello, la investigación no se limitará a Uribe Noguera, sino que se extenderá a otras personas que presuntamente participaron en los hechos.
La familia del arquitecto emitió el lunes 5 de diciembre un comunicado en el que expresa su condena al crimen y reprueba el presunto accionar de Rafael Uribe Noguera.
«Somos conscientes de que Rafael deberá asumir las drásticas consecuencias que se desprenden de su inexplicable actuar. Nosotros, como familia, no podemos darle la espalda en estos momentos de angustia, confusión y dolor», se lee en el documento.
«Las autoridades están actuando frente al caso con el más estricto cumplimiento de las normas para aplicar justicia ante este terrible caso, con toda nuestra colaboración sin ningún tipo de interferencia», agregó el comunicado.
Reacciones públicas
La conmoción en ese país ha sido tal, que hasta el presidente Juan Manuel Santos pidió justicia para la pequeña Yuliana Samboní.
«Con profunda indignación condeno crimen contra niña de 7 años en Bogotá. Que todo el peso de la justicia caiga sobre responsable», tuiteó el presidente, usando la etiqueta #NiUnaMás.
Por su parte, el alcalde mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa, mostró su rechazó al crimen y tuiteó: «Me duele el corazón tanta maldad».
Desde la Secretaría Distrital de la Mujer de la Alcaldía Mayor en Bogotá, pusieron a disposición de la familia «una de las mejores abogadas en este tema», Isabel Agatón, «para evitar que este hecho quede en la impunidad».
Mientras, lo que se conoce de la familia de Yuliana es que no son oriundos de Bogotá, sino del departamento del Cauca. Se habían mudado a la capital en busca de «mejores oportunidades». La madre de la menor, quien se encuentra embarazada, tuvo que ser internada luego de conocer que Yuliana había sido torturada, violada y asesinada.
Feminicidio y violencia contra los niños en Latinoamérica
En Colombia cuatro mujeres son asesinadas cada día, por lo que la abogada Isabel Agatón considera una victoria jurídica que que el caso de Yuliana fuera catalogado como feminicidio, es decir, un crimen contra una mujer por el sólo hecho de ser mujer.
«Vamos a exigir a las autoridades que se oriente la investigación como lo que corresponde, es decir, como un feminicidio agravado», dijo Agatón.
Agatón consideró que es un delito agravado por tres motivos: porque se trata de una menor de edad, por la privación de libertad de la víctima y por la violencia sexual ejercida previo al desenlace fatal. De esta forma, la pena para el culpable sería mayor.
El caso de Yuliana Samboní pasará también a ser uno más entre las estadísticas de la violencia contra menores. Los datos del último informe de Unicef, se evidencia que una quinta parte de las víctimas de homicidio en todo el mundo son niños y adolescentes menores de 20 años, siendo la región de América Latina y el Caribe la que tiene la proporción más alta de víctimas de homicidio de menores de 25 años (calculado en al menos 25.400). Un estudio anterior de la misma entidad había calculado las muertes de menores entre 10 y 19 años como el 28% de las 100.000 y 120.000 víctimas de homicidio en la región.
Según las estimaciones disponibles, cada año más de 6 millones de niños y niñas sufren abuso severo en los países de la región y más de 80,000 mueren a causa de la violencia doméstica. Estudios disponibles evidencian que entre un 10% y un 36% de las mujeres, según el país, han sido objeto de violencia física o sexual.
El Instituto Interamericano del Niño calcula que en América Latina aproximadamente 2 millones de niñas y niños son explotados sexualmente. Las víctimas son ambos sexos, pero en su mayoría niñas. Sin embargo, el abuso sexual la forma de maltrato infantil menos denunciado, pues los agresores suelen ser en 8 de cada 10 casos: los padres, parientes o parejas sentimentales de alguno de los progenitores.
¿Cómo crees que se pueden evitar casos como este?
¡Cuéntanos en los comentarios!
Foto principal: static.iris.net.co
« Te puede interesar: #NiUnaMenos: Por qué nos vestimos de negro por Lucía Pérez y por todasHablemos en serio sobre femicidio en Latinoamérica »