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La tortuga carey (Eretmochelys imbricata), que está en peligro de extinción, comienza a mostrar signos de recuperación tras 25 años de esfuerzos en protección de este animal en las Islas Salomón.
“[La tortuga carey] aún sigue estando en la lista de especies críticamente en peligro en el mundo”, dijo Richard Hamilton, representante de la ONG The Nature Conservancy y uno de los autores de un estudio publicado sobre la especia publicada en la revista PLOS ONE, según reporta la agencia EFE.
Las investigaciones para el estudio fueron realizadas en las islas salomonesas de Arnavons donde se encuentra el área de conservación de esta especie por ser uno de los lugares de mayor extensión del Pacífico Sur donde se reproducen de las tortugas carey. Según el estudio el número de nidos de las tortugas carey casi se ha triplicado entre 1991 y 2012. Además, las estadísticas también revelan un aumento del número de tortugas adultas que retornan a las colonias para aparearse por segunda o tercera vez.
La comercialización de los caparazones de las tortugas carey hizo que para finales de la década de 1990’s este animal marino estuviera a punto de desaparecer. Tradicionalmente, la caparazón pinta de estas tortugas era utilizada para elaborar ornamentos ceremoniales o material de pesca, pero en el siglo XIX comenzó a ser exportado masivamente a Europa y Japón como materia prima para la elaboración de peinillas, joyería, uñas de guitarras, entre otros.
El gobierno de las Islas Salomón prohibieron la exportación de los caparazones de la tortuga carey en los años 1970’s, pero los comerciantes hicieron caso omiso llegando a comercializar hasta 4.000 tortugas al año. Ya en la década de 1990’s, con una población de tortugas carey muy baja, se inició a un programa de etiquetado y vigilancia por parte del gobierno de las Salomón y The Nature Conservancy a fin de ayudar evitar su extinción. En 1995 se creó el área de conservación marina en las islas salomonesas de Arnavons.
Foto principal: Pixabay