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Tres cuartos del año, en el norte de Esmeraldas, las constantes lluvias de un clima húmedo y tropical mojan a la provincia verde. En el cantón San Lorenzo, la sede de un proyecto comunitario aprovecha el gota a gota de sus cielos precipitados.
Se trata de la cabaña principal del Ecoclub San Lorenzo. Su diseño ecoamigable permite recolectar agua lluvia, para el uso en la sede. Un techo de 100 metros cuadrados, en forma de hoja, recolecta el agua en el centro, y luego este sigue su curso a una cisterna de seis metros cúbicos. En el camino pasa por un proceso de filtración, explica Pablo Hermida, coordinador del proyecto.
La cubierta protege, da sombra y recoge agua de lluvia para ser utilizada en el proyecto. Se consideró el uso de…
Posted by Ecoclub San Lorenzo on Wednesday, January 29, 2014
Aparte, el agua de la cisterna se purifica con cloro y tiene un sistema combinado con el de agua potable municipal, para cuando las lluvias no son suficientes. Además, el techo de la cabaña principal del Ecoclub San Lorenzo es lo suficientemente alto para depurar el calor de los rayos del sol y a la vez permitir que su luz entre por completo.
Esta cabaña abierta y circular no sólo es amigable con el medio ambiente, pues reduce el uso de energía eléctrica y agua potable, sino también es amigable con la comunidad, ya que su apertura permite que los vecinos se involucren más en el proyecto. «Es una propuesta que quiere enfrentar la colonización que ha habido con los espacios cuadrados y la baldosa», explica Hermida.
¿De dónde nace esta idea? Del saber popular; pues en San Lorenzo la población acostumbraba -y aún acostumbra- a llenar tanques con el agua de la lluvia, colocándonos a la intemperie o justo debajo de los bordes de los techos para que el agua caiga directamente. Y también de la necesidad de crear un cambio en comunidad.
Posted by Ecoclub San Lorenzo on Friday, March 21, 2014
¿Por qué se celebra el Día Mundial del Agua?
En este año, el lema del Día Mundial del Agua es «Agua y Desarrollo Sostenible». Esta celebración, fomentada por la Organización de Naciones Unidas (ONU), tiene un propósito de concientización y acción en beneficio del elemento de la naturaleza esencial para todas las formas de vida dentro y fuera de este planeta.
Desde hace 22 años se declaró el Día Mundial del Agua por la ONU y cada 22 de marzo lo celebramos en todo el mundo. Pasa que el 71% de la Tierra es agua, pero sólo el 3% de esta es apta para el consumo humano, y sólo el 1% está en estado líquido, el restante 2% está en su estado sólido (hielo).
Además, este 1% se ve afectado por la contaminación día a día por residuos que se van a los ríos, principal fuente de agua dulce; y también a los océanos, que aunque esta agua no es bebible, afecta a la vida marina.
Y como si esto fuera poco, el acceso al agua -pese a ser un derecho de todos los seres humanos- no es una realidad para los más de 7.500 millones de habitantes del planeta Tierra. Mira esta infografía:
Es por ello que el lema “Agua y Desarrollo Sostenible” no está de gratis en este 2015. La sostenibilidad satisface las necesidades actuales, sin perjudicar a las generaciones futuras. ¿Pero cómo? A través de métodos y procesos que se mantienen en sí mismos. Por ejemplo, la cabaña del Ecoclub San Lorenzo [1], que aprovecha la lluvia -elemento del medio ambiente y de la naturaleza- para su uso en la comunidad, sin crear contaminación y que de paso se renueva el ciclo cada vez que llueve. De esta manera, brinda un bien común, que es el acceso al agua, de manera cíclica y sin afectar el bienestar de los humanos, ni de la naturaleza.
¿Cómo podemos ayudar preservar el agua del planeta?
En este Día Mundial del Agua podemos comenzar con cosas sencillas, como reducir el consumo de agua. No es que dejemos de beberla, pues moriríamos; sino aminorar el uso que le damos en nuestras actividades diarias, como el aseo personal y del hogar.
También podemos involucrarnos en proyectos de preservación del agua y medio ambiente o impulsar uno propio.
[1] Ecoclub San Lorenzo tiene 19 años funcionando como una iniciativa comunitaria con los habitantes de los barrios Nueva Esperanza, Las Delicias y Palestina. Son unos 50 niños los que se benefician de apoyo escolar y alimentación; además de tener actividades barriales que fomentan la preservación del medio ambiente y el rescate de los valores culturales, entre ellos la tradición oral como forma de aprendizaje.