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La poesía nos acompaña en cada etapa de nuestras vidas, por eso hay que ponerle nombre: aquí está la serie 4 poemas, 4 sentimientos. Este texto fue publicado originalmente en La Última Matrioska.
Decía Wislawa Szymborska cuando recibió su premio Nobel que «también el poeta, si es un verdadero poeta, tiene que repetirse perpetuamente no sé. Con cada verso intenta responder, pero en el momento en que pone el punto final, le asaltan las dudas y empieza a advertir que su respuesta es temporal y en ningún caso satisfactoria. Entonces prueba otra vez y otra vez».
Me quedé estático y violento.
4 poemas, 4 sentimientos que te ocurren:
Había muchas veces que Wislawa sabía bien lo que es querer mantenerse anónima y arrancar un poema que fue al final su otro Agradecimiento:
«Debo mucho a quienes no amo./ El alivio con que acepto que son más queridos por otro./La alegría de no ser yo el lobo de sus ovejas./ Estoy en paz con ellos/y en libertad con ellos,/y eso el amor ni puede darlo ni sabe tomarlo(…)».
En esa calle donde Wislawa está absorta en su intimidad, no podía darse cuenta -y asumo que no querría fijarse- que cruzaba con Álvaro de Campos, quien vaciándose en un cansancio superlativo, solo alcanza a mascullar:
«Lo que hay en mí es sobre todo cansancio/No de esto, ni de aquello,/Ni siquiera de todo, o de nada:/Cansancio tal cual, en sí mismo,/Cansancio./La sutileza de las sensaciones inútiles,/Las pasiones violentas por nada,/Los amores intensos por lo supuesto en alguien…/Todas esas cosas- éstas y/Lo que en ellas falta eternamente –;/Todo eso hace un cansancio,/Este cansancio,/Cansancio (…).
Apostemos a que desde un trance igual de intenso arranca la piratería que a Roy Sigüenza motiva el plan amante que vislumbra. Se abraza a sí mismo y halla una decisión:
Iré qué importa/caballo sea la/noche.
Con el galope casi voltea a un transeúnte Andrés Neuman, entre paréntesis, principio de la carne que parece preguntar si el final, de todo lo que pueda tener un final, puede también llevar un marco y curarse y colgarse como colección de museo.
¿Qué pensará la muerte ante la fiesta?/¿Pierde la compostura, suspende sus trabajos?
Pero antes:
Necesito la carne para amarte,/la carne enamorada, pero no/más allá de la tumba sino contra la tumba.
Sobre el resto y los restos de nosotros
Los sentimientos rondan estas calles, se le pegan a los transeúntes o nacen de ellos. No todos quieren convertirse en poemas, pero algunos lo logran.
Los transeúntes llevan poemas adheridos en sus sentimientos, no todos saben leerlos ni escucharlos, pero algunos los ponen en acción y pido que alguien alce la mano para decir lo que ocurre cuando un poema se ejecuta.
Porque los poetas que los construyeron ni siquiera saben que sus escrituras están cumpliéndose de aquí para allá.
Por eso en una fantasía están hombres y mujeres, poetas desperdigados, para que los escojas cuando quieras sentir.
Autores citados:
Wislawa Szymborska (Kronik, Polonia, 1923-2012): Poema Agradecimiento. Tomado de libro El Gran Número (1976).
Álvaro de Campos -uno de los egos de Fernando Pessoa– (Lisboa, Portugal 1888-1935). Poema Cansancio. Tomado de Poemas de Álvaro de Campos (recopilación de poesía hiperión 1998).
Roy Sigüenza (Portovelo, Ecuador 1958): Poema Piratería, tomado de la antología Abrazadero y otros lugares (poesía reunida 1990-2005).
Andrés Neuman (Buenos Aires, Argentina 1977): Poema (Principio de la Carne), tomado de libro Década (poesía 1997-2007).
Ilustración: Gabriela Logacho
En la Próxima edición de 4 poemas, 4 sentimientos:
Nos encontraremos con Lope de Vega, María Elena Walsh, Mario Bennedeti y Robert Frost.